No se considera una salvadora de nada ni nadie sino una astorgana dispuesta a aportar su grano de arena para que uno de los activos de la ciudad no desaparezca. Desde anteayer es la primera mujer presidenta de un club de fútbol masculino de primer nivel, algo que asegura ni le asusta «ni me convierte en un bicho raro». Sabe que tiene bastante trabajo por delante pero «con la ayuda de toda la ciudad podremos seguir presumiendo de club muchos años». Leer +
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