Este ha sido un año duro para Nuria Fernández. La campeona de Europa se vio arrastrada por la Operación Galgo contra el dopaje en el atletismo y lo resolvió de la única forma que sabe: corriendo. Volvió con su primer entrenador, el veterano Antonio Postigo, con el que empezó con 17 años, y planificó la temporada con un objetivo claro, nítido como el año pasado fue ese Europeo de Barcelona que la encumbró. "En los Mundiales tiene que demostrar que el oro europeo no fue un espejismo", reflexionaba su entrenador por teléfono poco antes de que la madrileña nacida en Suiza corrierra su primer milqui de la temporada al aire libre. Acabó cuarta (4m 6,66s, cuarta mejor marca europea del año) en la prestigiosa reunión de Eugene, en Oregon (EE UU), la cuna de Nike, que tampoco ha retirado el apoyo a la atleta española. Leer +
domingo, 5 de junio de 2011
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