Consciente de lo importante que es escuchar, no siempre lo hace. Especialmente, en los entrenamientos. «Tengo que agradecerle a mi entrenador la paciencia que tiene. Soy cabezota y no le hago caso», reconoce. Tampoco escucha en la pista... porque su discapacidad auditiva no se lo permite. Pero eso no le supone ningún obstáculo. Ni a la carrera, ni fuera del deporte. «El único problema lo tengo con las órdenes a distancia, pero nada me desanima para luchar por lo que quiero», dice. Leer +
miércoles, 15 de junio de 2011
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