Después de un año donde todo le ha ido a contrapié, el Ironman de Hawai, la prueba cumbre de la temporada, no iba a ser menos. Virginia Berasategui pasó por todo tipo de situaciones durante los 4 kilometros de natación, 180 de bici y 42 de carrera a pie, pero gracias a su coraje y su fuerza de voluntad, alcanzó una cuarta plaza que, tal y como confesó después, la deja «tan contenta o más que con el tercer puesto del pasado año». Fueron nueve horas y cuarto de esfuerzo, en una competición que estuvo marcada por el exagerado calor -se llegó a superar los 40 grados- y en donde Mirinda Carfrae fue la ganadora.
Al ver la llegada de Berasategui, exhausta, brazos al cielo y sonrisa de oreja a oreja, hubo quien pudo pensar que estaba celebrando la victoria. En realidad fue cuarta, pero a ella le supo a triunfo, porque en ese momento tan especial recordó todos los contratiempos que ha debido superar esta temporada para estar de nuevo entre las mejores triatletas de larga distancia del mundo. En especial las dos caídas que tuvo en invierno, durante la pretemporada, que retrasaron su preparación para la cita de Abu Dabhi, en marzo, y el problema en el pie que se ha mantenido a lo largo de estos meses y que estuvo cerca de hacerle tirar la toalla. «Cuando llegó el momento de estar a tope y con más ganas que nunca, dado que Hawaii estaba a la vuelta de la esquina, yo solo quería descansar. Incluso me planteé no ir a Hawai porque sentía que el pie me dolía aún más», reconocía antes de la competición la bilbaína, que, pese a todo, decidió estar por sexta vez en la prueba más importante del calendario. Leer +
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