Si bien en la década anterior surgieron verdaderas estrellas que, como la soviética Tatiana Kazankina, compitieron hasta principios de la nueva década, es precisamente en estos años cuando la ampliación de las pruebas oficiales de fondo para mujeres, primero en europeos y mundiales y luego en JJ.OO, otorga a las atletas la posibilidad de lucirse en distancias que realmente se adaptan a sus condiciones. Una megaestrella como Mary Decker jalonó su talento en todo un ramillete de pruebas de mediofondo e incluso en algún 10.000, pero son las fondistas como Grete Waitz, Rosa Mota, Joan Benoit e Ingrid Kristiansen quienes despliegan su asombroso potencial en el maravilloso mundo que, por fin, se abre oficialmente para ellas más allá de los 3.000 m. Leer +
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