viernes, 25 de diciembre de 2009

Las chicas del 112


Gerardo Riquelme/MADRID

Marina Alabau, Gisela Pulido y Eunate Aguirre comparten un hábitat más allá del agua: el podio. Tituladas en deportes de futuro, que ya ha empezado a escrutar el Comité Olímpico Internacional con vistas a añadirlo en un futuro a medio plazo en el programa olímpico —el RSX de Alabau, cuarta en Pekín, ya lo es—, estas tres jóvenes que pertenecen a la escudería de Telefónica se han convertido en referencia mundial de sus deportes.

Por edad, Aguirre, 27 años, la chica de logo propio casi élfico, es la mayor con su tabla de bodyboard, un deporte que, como el surf, tiene su origen en Hawai. Eunate comenzó con 11 años, sólo como un juego, a forjar una carrera profesional en Sopelana. A los 15 ingresó en el Circuito Vasco y su reto era “llegar más lejos”. Comenzó a coleccionar títulos como el que cose: nacionales, continentales —fue campeona junior— y siguió. En 2000 participó en la primera prueba mundial. “Allí me di cuenta que ya no era tan fácil. Que todo estaba muy profesionalizado”. Aprendió rápido y en los últimos tres años va ganando terreno: cuarta en 2007, tercera en 2008 y segunda en 2009.

Unos años más tarde que el bodyboard se forjó el kitesurf, el de la cometa y la tabla. Gisela Pulido, que aún no ha cumplido los 16 años, somete al mundo con sus vuelos acrobáticos, mientras sigue estudiando, y con buenas notas, en el coche camino de las playas entre las dunas de Marruecos, por ejemplo. Seis títulos mundiales la contemplan ya y es tan abrumadora su superioridad que se ha marcado convertirse en el primer deportista de la historia que gana los dos circuitos que existen en el kite: el PKRA y el KPWT. “Esa es mi motivación para 2010”, reconoce.

Ya estuvo a punto de hacerlo este año, pero en un truco —acrobacia— cayó mal y se rompió el ligamento interno. Estuvo tres meses parada y como botín sólo sacó su sexto título universal.

A dos años y media vista, puestos a pronosticar sobre una medalla fija en los Juegos Olímpicos de Londres surge por encima de todos el nombre de Marina Alabau. Este verano barrió a todas en el último Mundial en el mismo campo de regatas donde se celebrará la cita olímpica, un mar plano, con vientos medios y fuertes, donde sabe que va rápida, donde se siente superior. “También es cierto que era un año preolímpico y la gente iba más relajada, pero la diferencia es que yo no paré”.

En 2010 se tomará un respiro, sin forzar tanto, para volver a la carga ya sin solución de continuidad hasta Londres. Donde espera conocer a su ídolo: Nadal.

Fuente: Marca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario