El brillo de sus ojos y su expresiva sonrisa acompañan el emotivo viaje de Olga Zulema Chamizo cuando regresa al pasado y se encuentra, como tantas otras veces, con aquellas bellas e inolvidables imágenes de la hazaña más grande del voleibol femenino de Mendoza a nivel nacional, cuando en febrero de 1986 en la ciudad de San Nicolás el representativo del Club Mendoza de Regatas se consagró campeón invicto de la Segunda Copa Argentina de Clubes Campeones, primer y único título en el historial provincial.
Es el retorno, pleno de sensaciones y nostalgia, además de un lógico y encendido orgullo, a aquel viejo sueño que se hizo realidad después de muchos años de esfuerzo y sacrificio, duras jornadas de trabajo y un permanente crecimiento físico y táctico, además de una encomiable y férrea voluntad por ser las mejores, cuando en las décadas del ’70 y del ’80 las chicas de Cepada parecían ser realmente invencibles con sus nueve campeonatos consecutivos en el orden local.
Ilusión y esperanza, meta y objetivos, compartidos por aquel grupo de antiguas y leales compañeras, eternas y fieles amigas, que se hicieron fuertes en la adversidad, en la necesidad de creer en sus propias fuerzas, cuando los resultados no llegaban y cada subcampeonato no colmaba las expectativas previas, conocidas en su propia intimidad y en el entorno que las rodeaba como las "Brujas" de Regatas, como ellas mismas se habían denominado, porque al saludarse antes de cada partido y después de cada tanto favorable chocaban con energía las palmas de sus manos al grito triunfal de "bru…bru…brujas".
Como si así abrieran las puertas a cada nuevo desafío, bajo ese grito de aliento, juramento íntimo, renovador de confianza y optimismo, que tarde o temprano las depositaría en la cima, en la cúspide, en lo más alto del voleibol argentino, lo que con trabajo diario, constancia y una excelente conducción táctica y física hicieron posible.
Las campeonas
Olga Zulema Chamizo, aquella notable jugadora que al igual que su hermana Graciela del Pilar Chamizo desde muy joven aprendió a amar al voleibol, luego de haber intentado recorrer el camino de la natación, el remo y el básquetbol, siempre en su querido Club Mendoza de Regatas, al que llegó junto a Graciela entusiasmada por una amiga de la infancia, Estela Illanes, guarda para siempre en su memoria agradecida los nombres de aquellas campeonas argentinas que convirtieron en realidad aquel sueño que más de una vez pareció imposible.
Son los nombres de Olga Zulema Chamizo, Graciela del Pilar Chamizo, Gabriela Silveyra, María Celia Guevara, Fanny Leticia Guevara, Rosana Capredoni, Mirta Elena Sánchez, Liliana Nazar, Alejandra Gil, Pamela Mercado, Gabriela Moyano y Mónica Marcela Alejandra Loffredo, las campeonas de San Nicolás, algunas de las cuales casi 25 años después de la gran hazaña han vuelto a reunirse.
Entre risas, bromas, anécdotas y el muy sincero reconocimiento a aquellos pilares que las acompañaron desde el cuerpo técnico: el entrenador, Prof. Miguel Ángel Negri; preparador físico, Prof. Carlos Landaburu; médico, Dr. Armando Calletti y Prof. Luis Gidilberto Rodríguez Nievas en trabajos de recuperación, a quien todas recuerdan de manera especial porque hace pocos días (13 de marzo) festejó sus 90 años de vida.
Olga -47 años (8-12-62), soltera, empleada administrativa del IEF, Instituto de Educación Física, desde el 84 al 90 y desde el 95 a la fecha-es una de las referentes del selecto grupo, reconocida en el ambiente deportivo por su brillante desempeño no solo en el Club Regatas sino también en la Selección Mendocina, trayectoria en la que llegó a jugar varias temporadas en Europa (1990-1991, Galico, de Reggio Calabria; 1991-1993, Maglie, de Lecce y 1993-1994, Castrovilari, de Cosenza, todos de Italia, en clubes de la Serie B-1 y B-2).
Distinguida en 1971 por el Círculo de Periodistas Deportivos de Mendoza, evoca aquellos duros comienzos de la mano del Prof. Lombardero primero y del Prof. Miguel Ángel Negri después, con un breve paso además de Sergio Ventura en la DT: "Pienso que aquel título nacional fue una recompensa a muchos años de esfuerzo y a la voluntad que pusimos para ser las mejores. "¡Vamos, Brujas, que podemos!" nos repetíamos a nosotras mismas y por suerte con trabajo y capacidad lo logramos".
Evoca también: "a fines de los 70 y comienzos de los 80 no le podíamos ganar a Cepada que obtuvo nueve títulos consecutivos. Llegábamos a cada final muy bien preparadas, en lo táctico, en lo físico, pero estábamos muy mal de la cabeza, como si cada vez fuera más grande el complejo de tener que enfrentarlas en un partido decisivo. No le encuentro otra explicación, porque perdíamos una y otra vez y como se dice en el fútbol nos ganaban con la camiseta".
"Entrenábamos muy fuerte y en horarios exigentes, generalmente tres veces al día, porque muchas de nosotras trabajábamos como en mi caso y otras chicas estudiaban. Salíamos a correr a las 6 de la mañana y nos reuníamos a practicar a la una de la tarde y a las once de la noche. Semana por medio viajábamos al principio a San Juan y después a Córdoba para enfrentar a otros rivales más exigentes porque queríamos mejorar nuestro nivel de juego".
"La verdad que le poníamos muchas pilas a todo lo que hacíamos para superarnos y cuando el profesor Negri regresó al club terminó por convencernos: "Vamos chicas, vamos que esta vez lo van a lograr".
Gran campaña
Al quebrar la hegemonía de Cepada y lograr el título de campeón provincial el Club Mendoza de Regatas se clasificó para el Regional, donde en la etapa decisiva derrotó a Universidad de San Juan por 3-1 y cayó frente a General Paz Juniors de Córdoba por 3-2, lo que le permitió ocupar una de las dos plazas de la Región Centro-Cuyo para el Argentino.
El Nacional de 1986, en su segunda edición, se jugó en la ciudad de San Nicolás, en los estadios de Somisa, Belgrano y Regatas Santa Fe y al plantel habitual se sumaron en calidad de refuerzos las hermanas Celia y Fanny Guevara, provenientes de la UNCuyo.
La campaña resultó espectacular, con la condición de invicto, de acuerdo a estos rivales y marcadores: 3-0 vs. GE de Rosario (l5-13, 15-6 y 15-10); 3-0 vs. Atlético Tucumán (15-6, 15-12 y 15-12) y 3-1 vs. Morava, del Chaco (15-10, 15-10, 10-15 y 16-14) por lo que finalizó primero en su zona.
En la semifinal venció por 3-1 a General Paz Juniors de Córdoba (17-15, 15-11, 14-16 y 16-14) para superar por 3-2 a GE de Rosario en la esperada final (4-15, 15-12, 4-15, 15-2 y 15-10). En un comentario de esos días Los Andes recuerda el acierto de Miguel Ángel Negri que mandó a la cancha a Fanny Guevara quién marcó siete tantos seguidos en el último juego y selló la sensacional victoria.
Justamente el profesor Negri, con su larga experiencia en el voleibol mendocino, primero como destacado jugador y después como entrenador tanto en planteles masculinos como femeninos, desde hace 42 años vinculado a la institución del parque, hoy con la responsabilidad de coordinar toda la actividad deportiva de la Sede El Torreón.
Cuenta que para el Sudamericano de Clubes Campeones que se desarrolló en La Paz, Bolivia, el grupo al que se sumaron como refuerzos María Florencia Procopio y Silvana Caballero, ambas pertenecientes a GE de Rosario, se preparó en Vallecitos, a los 4.000 metros de altura, por lo que se consiguió una excelente aclimatación que posibilitó luego un meritorio tercer puesto, detrás de las brasileñas de Pirelli y de las peruanas del Power, las máximas potencias del voleibol sudamericano de esos tiempos, vencedoras de las mendocinas por 3-0. Igualmente comenta que en ese certamen de nivel internacional Regatas superó a El Cedro de Paraguay por 3-0, a Universidad de Chile por 3-0 y a San Antonio de Bolivia por 3-1.
El reencuentro
Convocadas por Más Deportes para evocar aquella gesta histórica del voleibol mendocino aquellas "Brujas" del Lago han vuelto a reunirse, más felices que nunca de volver a escena en ese teatro de sus grandes sueños que es el querido Club Mendoza de Regatas.
Además de Olga Chamizo también llegan puntuales Mirta Elena Sánchez, Fanny Leticia Guevara, su hermana María Cecilia Guevara, Mónica Marcela Alejandra Loffredo y Liliana Nazar - hija de ese gran presidente que es el Dr. José Eduardo Nazar - acompañadas por el líder natural de aquel formidable grupo humano y deportivo, el Prof. Miguel Ángel Negri.
Con la mención de las chicas que se encuentran fuera de la Provincia: Graciela del Pilar Chamizo, la apreciada Chela, casada con el ex - jugador Marcelo Horacio Palomino, madre de 2 hijos, radicada desde 1991 en España, donde su esposo ejerce la profesión de ingeniero civil; Gabriela Silveyra, que desde hace años vive en Mar del Plata; Alejandra Gil, que es profesora de educación física en Italia y Rosana Capredoni que está viviendo en Chile.
Cada una tiene un recuerdo, una frase, una opinión. Así por ejemplo Mirta Elena Sánchez, soltera al igual que Olga, a la que se recuerda como armadora del efectivo juego del equipo, que aún continúa jugando en la categoría Maxi B en el Círculo Policial después de hacerlo en la Municipalidad de Luján, y que ha traído su cámara fotográfica para guardar los testimonios de tan grato encuentro:
"Venía de otro club y desde el primer día las chicas me dieron su apoyo y me brindaron su amistad, por lo que me adapté rápidamente. Se formó un gran grupo humano, donde existía una sana y leal competencia. Mucho tuvo que ver el profesor Negri que hizo un trabajo excelente, con su nivel de exigencia, orden y respeto permanente. Realmente nos preparó para el triunfo final".
Fanny Leticia Guevara, que también prolonga su pasión por el voleibol en el Club General San Martín (Pacífico) - casada, 2 hijos, Agustín (17) y Lucía (12) - reconoce que "siempre priorizamos el espíritu de equipo por sobre las individualidades, sin celos personales, sin egoísmos. Todas pusimos el mismo esfuerzo para alcanzar el objetivo que nos habíamos propuesto de ser las mejores a nivel nacional. Cuando nos concentramos en Vallecitos para el Sudamericano de La Paz nos sacaron lágrimas con el rigor del entrenamiento diario".
Su hermana, María Cecilia Guevara -casada, 2 hijos, María Victoria (13) y María Sol (11)- cuenta que "nuestro orgullo es que marcamos una época en el voleibol de la provincia, porque nunca antes ni después se pudo llegar tan lejos, tan alto. Mucho tuvo que ver el nivel de compañerismo que existía entre todas nosotras y en la seriedad y planificación del trabajo previo, que resultó fundamental para salir campeonas. También fue muy valioso el apoyo institucional que siempre recibimos y el de nuestras familias"
Liliana Nazar -casada, 2 hijos, María José (12) y Manuel (5)- una de las dos "nenas" del plantel, porque era una de las más jóvenes y siempre transmitía su inocencia, frescura y sana alegría, explica con legítimo orgullo:
"Nos mirábamos y ya sabíamos qué hacer, porque nos entendíamos de memoria y jugábamos muy convencidas de nuestras propias fuerzas. Siempre me sentí protegida y en cada compañera tenía una buena y leal amiga. En el Sudamericano le jugamos a todas de igual a igual, inclusive a las chicas del Perú (Power) que eran las sub campeonas del mundo". La otra cachorra de aquel espléndido equipo, Mónica Marcela Alejandra Loffredo -casada, 1 hijo, Francisco (4)- cierra la rueda en la charla con Más Deportes:
"Resultó una experiencia única, maravillosa, que me marcó para siempre. No tengo palabras para explicar las emociones que entonces viví, época en que aprendí a valorar el valor del sacrificio y la amistad. Nos reconocíamos como "brujas", aunque no éramos tan feas (sonrisa) y antes de cada partido nos saludábamos para darnos ánimo y confianza. Todavía se nos recuerda como las "Brujas" de Regatas y quedamos en la historia del voleibol de Mendoza".
Fuente: Diario Los Andes.
Un gusto haber compartido con Uds el Sudamericano en Bolivia y sobre todo la preparación previa en la montaña. Muy duro pero las Brujas me hicieron sentir siempre como parte del equipo y muy bien recibida.
ResponderEliminarQue alegria volver a verlas aunque sea en fotos despues de tantos años.
silvana cavallero - rosario