miércoles, 3 de marzo de 2010

¿Solas o acompañadas?

La mayor parte de las mujeres de élite o semi-élite suelen entrenar y competir al lado de hombres, ayudándose de las llamadas "liebres". Evidentemente esta práctica tiene muchos beneficios en la preparación, pero también algun "defectillo". Analicémoslo
 
SIETE CONTRA CUATRO

Muchas mujeres, sobre todo de un nivel de élite intentan acompañarse de hombres en los entrenamientos y en las competiciones. Lógicamente de este modo procuran arroparse en un atleta de mayor nivel, para que les marque el ritmo, les apoye psicológicamente, les "corte" el viento, etc. Vamos a ver los "pros" y los "contras" de una mujer atleta que entrene y compita con un hombre: PROS:

- Despreocupación por los ritmos. Él los marca, y tu sólo te limitas a seguirlos.
- Es una ayuda psicológica, una fuente de confianza y una persona con la que compartir los buenos y los malos momentos de un periodo de preparación.
- Es una opinión más ante los problemas como la programación del entrenamiento, lesiones, elección de las competiciones, etc.
- Mayor facilidad para conseguir marcas si hay viento, en las competiciones.
- Supone una mejor en las marcas, porqué un compañero de entrenamientos siempre te "estira" un poco más a la hora de hacer las series.
- Las sesiones de rodaje y/o de gimnasio son más amenas junto a otra persona.
- Es una ayuda en competición a la hora coger los avituallamientos.

CONTRAS:

- Hay mujeres que, acostumbradas a correr con liebres siempre, el día que esta liebre les "falla" (por una lesión, por un mal estado de forma, etc.), no saben correr sin él, se sienten "perdidas" en carrera.
- La liebre masculina debe estar claramente a un nivel atlético superior al de la mujer, porqué él ha de ir a un ritmo muy sobrado respecto al de ella. Si no, no es una garantía de consecución de marcas, y puede ser, incluso, un inconveniente, en este sentido.
- El hecho de entrenar sola te preparará mejor para llevar tú el ritmo en momentos en los que, compitiendo, deba ser así. Por ejemplo, cuando en una prueba en pista debas ponerte a tirar del grupo.
- Si la liebre equivoca el ritmo, tanto por exceso como por defecto, lo equivocas tú también.

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