¿Quién dijo que las mujeres representan el sexo débil? Las mujeres rusas dan muestras de su fuerza, tanto física como espiritual. RT les cuenta cómo se vive en este país el fenómeno del culturismo femenino.
Irina Anójina, tiene 32 años, y una familia compuesta por su marido y 2 hijos. Es ama de casa, y al decirlo, ella misma sonríe por el concepto machista, que la mayoría tiene del término. Es que casi nadie deja de sorprenderse cuando le preguntan qué hace en su tiempo libre y ella responde: “¡Entrenarme!”.
“Llegué a este gimnasio sólo para ponerme en buena forma y adelgazar después del nacimiento de mi segundo hijo. Aquí me encontré con Iveta, la persona que hoy es mi técnica e instructora. Me ayudó mucho no sólo en los ejercicios fisicos, sino también psicológicamente. Me entrené durante 3 años y poco a poco empecé a interesarme por el culturismo, así que decidí prepararme para las competiciones”.
Si el culturismo es duro para un hombre, en el caso de una mujer la cosa puede ponerse todavía más difícil. Entrenamientos los siete días de la semana por la mañana y por la tarde, un régimen de comidas estricto y un permanente ejercicio de fuerza de voluntad. Cuando se es soltera e independiente quizá sea mas fácil, pero cuando la mayoría del tiempo está absorbido por el papel de madre, el esfuerzo parece ser doble.
Según Viachesláv Kaménski, presidente de la Federación de Culturismo de Rusia “el entrenamiento es agotador y además hay muchas restricciones. La mujer literalmente entrega su vida al deporte. Aparte del trabajo, tiene que entrenarse y seguir una dieta.Y no tiene tiempo para otras cosas. Son las dificultades que afectan a su vida".
“¿Creen ustedes que una mujer puede trabajar con la misma intensidad que un hombre? Sí, es posible pero sólo en situaciones extremas. Lo cierto es que en general hay mucha diferencia entre el volumen del ejercicio físico del hombre y el de la mujer, porque los hombres son más fuertes” explica, por su parte, Oleg Makshántsev, entrenador de la selección de culturismo de Moscú.
Según estos expertos esos problemas han alejado a muchas de la práctica de este deporte en los últimos años para acercarlas a otras modalidades menos extremas como el fitness, que combina el ejercicio físico con la acrobacia. Sin embargo, muchas como Irina, tienen claro que lo suyo es la musculación localizada y óptima para cada centímetro de su cuerpo.
“No le pongo límite a mi crecimiento. Por ahora me conformo con lo que tengo. Me alegran los resultados que he logrado y trato de conseguir el máximo. En cuanto al futuro, ya veremos. Por ahora no tengo ningún límite de volumen muscular” asegura la deportista.
A pesar de su fuerza y de su imagen Irina asegura que el culturismo no se contradice en nada con su rol femenino. Sin embargo, desde que eligió este estilo de vida, mantiene una lucha permanente con los prejuicios sociales.
“A los hombres les gustan las mujeres diferentes, de talla y complexión distinta. En cuestión de gustos no hay nada escrito. Y a las mujeres quiero decirles que el culturismo es el único deporte, en el que la mujer puede conseguir la figura que siempre quiso tener” agrega.
Lo cierto es que ni la bailarina clásica, ni las más grandes de las culturistas parece ser el modelo ideal. Para ser mujer, basta con ser auténtica. Lo demás, es cuestión de gustos.
Las competiciones de culturismo femenino empezaron a tener popularidad a fines de los años 70, cuando ellas empezaron a participar en los torneos de ‘bodybuiding’ (el término en inglés) en los Estados Unidos. Sin embargo, aquellos eventos, como Miss Physique y Miss Americana, no se diferenciaban mucho de los habituales concursos de bikini.
Fue en 1978 cuando se realizó el verdadero concurso de culturismo femenino en Ohio, EE. UU., donde por primera vez se empezó a valorar a las concursantes, en primer lugar por su musculatura.
Fuente: RT, al ritmo de los tiempos.
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