1. Correr es para corredoras. Da igual tu nivel, siempre puedes correr si estás acostumbrada a hacerlo regularmente. No es conveniente empezar a correr en el embarazo si hace mucho que no entrenas, sólo si corres de forma regular (al menos tres veces por semana) antes del embarazo puedes plantearte seguir corriendo, evitando los esfuerzos.
2. Entrena con pulsómetro. Es la mejor forma de saber si tu esfuerzo está controlado. Antiguamente se recomendaba la regla de no sobrepasar las 140 pulsaciones, pero es muy general. Lo conveniente es que nunca pases de la llamada “zona quemagrasas”, al 60-65% de tu VO2 max, que depende de tu edad y condición física. Un truco muy sencillo es mantener un ritmo de carrera que te permita mantener una conversación. Para algunas mujeres es a 160 pulsaciones y para otras a 120.
3. Consulta con el especialista antes de comenzar a hacer ejercicio. La mayoría de los tocoginecólogos están a favor del deporte en el embarazo pero sólo si no es un embarazo de riesgo, o hay abortos previos.
4. Olvídate de competir. El embarazo no es tiempo de trofeos, en una competición no puedes evitar esforzarte al máximo y puede ser peligroso para ti y tu bebé. Piensa que a ti no te llega suficiente oxígeno para respirar, al feto lo tienes asfixiado.
5. Cuidadín con los primeros meses. Durante el primer trimestre hay más riesgo de aborto por lo que debes evitar los esfuerzos agotadores en los tres primeros meses. Al final de la gestación debes evitar hacer ejercicio cuando te encuentras cansada, es mejor realizar estiramientos o ejercicios sencillos de yoga.
6. No te acalores. Corre a las horas de menos calor, lleva ropa ligera, hidrátate a menudo y evita los “calentones”. El aumento excesivo de temperatura durante el ejercicio puede provocar hipertermia fetal, una complicación grave. Piensa que tu puedes sudar y refrescarte pero el feto está en una piscina de agua caliente y no puede salirse cuando quema.
7. Bebe mucho agua. Si hidratarse es la clave para correr bien, durante el embarazo es mucho más importante. Lleva agua contigo o conoce bien las fuentes del recorrido para poder beber agua.
8. Controla la alimentación y tus niveles de glucosa. Las embarazadas tenemos que comer muy bien, no por dos sino como princesas. Es el momento de mejorar tus hábitos nutricionales, comer más verduras, frutas, cereales, frutos secos, pescados, etc. Correr te ayudará a mantener el peso y a recuperar tu figura después siempre que te alimentes equilibradamente.
También es importante controlar los niveles de glucosa en sangre, pues las embarazadas podemos sufrir diabetes gestacional. Si haces ejercicio en ayunas o durante mucho tiempo puedes provocarte una hipoglucemia o bajada de azúcar en sangre, con mareos, debilidad, nauseas, etc. y puede llegar a faltarte alimento al feto.
Procura llevar bebidas energéticas o frutos secos cuando corras más de una hora, y no dejes pasar más de tres horas sin comer algún alimento como frutas, queso fresco, yogur, galletas integrales, etc.
9. Cuida tus curvas. La mayoría de las embarazadas ganamos una talla o dos de sujetador, por lo que al principio, correr puede llegar a ser doloroso. Cambia tu talla y busca el mejor sujetador deportivo para tallas grandes. Un truco es usar vaselina para evitar las rozaduras que se pueden producir.
10. El mejor consejo: Escucha a tu cuerpo. Cada mujer vive el embarazo de una forma diferente y nadie mejor que tú para saber si necesitas dormir más, comer más (y mejor) o correr a tu ritmo. Es un tiempo de cambios pero la naturaleza es sabia y te ayuda para que disfrutes de los 9 meses como tu quieras.
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