domingo, 17 de enero de 2010

Miu Hirano, la niña ping-pong


Roberto Rodríguez/LA VANGUARDIA
La profesionalidad en el deporte se adquiere habitualmente tras mucho esfuerzo y sacrificio, pero es indudable que el talento es un componente importante.

Y más cuando se alcanza jugar al máximo nivel a una edad temprana, como le ha sucedido a una niña japonesa que a dejado a un lado sus muñecas para ser jugadora de tenis de mesa.
Miu Hirano tiene tan sólo nueve años y en su vida no se ha cansado de conseguir récords de precocidad. A los ocho años se convirtió en la jugadora de tenis de mesa más joven participar en un torneo nacional en Japón.
Miu, que medía 1,31 metros y casi ni se le veía por encima de la red, superó el récord establecido en 1998 por la popularísima Ai Fukuhara, por entonces de 10 años. Consiguió pasar la primera ronda, pero cayó en la siguiente y no hubo manera de consolarla mientras lloraba a mares como lo que era, una niña.
En un año le hado tiempo a crecer 6 centímetros, que le han ayudado a ser la palista más joven en competir en la categoría de dobles mixtos en los Campeonatos de Japón.
Su compañero era un palista 35 años mayor que ella e incluso mayor que sus padres, pero cayeron en la primera ronda. Miu volvió a llorar desconsolada, pero si con sólo nueve años es capaz de conseguir este nivel, cuando termine de desarrollar todas sus capacidades tendrá la oportunidad de conseguir su sueño de representar a su país en unos Juegos Olímpicos.

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