Pilar Muñoz
No hay periodista más afortunado que el periodista deportivo. Sentir los gritos de la afición en la nuca haciendo un pie de campo, notar el cosquilleo en el estómago de tener que elaborar una crónica para el día siguiente de un partido disputado a las once de la noche o, incluso, disfrutar con la victoria del equipo del que eres aficionado y escribir sobre ello. Eso es un privilegio del que muy pocos pueden disfrutar.
Me quedo con la última frase para opinar sobre algo que me preocupa como mujer y como periodista, la situación de la mujer en el deporte y su relación con los medios de comunicación tanto como deportista como comunicadora.
Me quedo con la última frase para opinar sobre algo que me preocupa como mujer y como periodista, la situación de la mujer en el deporte y su relación con los medios de comunicación tanto como deportista como comunicadora.
Desde hace ya bastantes años son muy pocas las periodistas deportivas que resuenan en nuestra cabeza frente a la multitud de nombres masculinos. Y es que el mundo del deporte parece haber sido siempre un “mundo de hombres”.
Las redacciones de los periódicos deportivos están llenas de profesionales de la información de sexo masculino pero ¿y las mujeres? Es cierto que cada vez hay mayor presencia femenina en las redacciones, a pie de campo y en las ruedas de prensa, pero aún deja mucho que desear la situación en la que se encuentran. Hoy en día, todavía no se ha conseguido la igualdad en el trabajo que aún muchos consideran preferentemente masculino. Una mujer en una redacción de la sección de deportes tiene que hacer méritos y trabajar el doble que un hombre para que la respeten y la consideren competente. En muchas ocasionas, además, las mujeres ocupan puestos de poca responsabilidad. Es difícil, por no decir casi inexistente, encontrar mujeres retransmitiendo partidos importantes de fútbol, baloncesto, o carreras de motociclismo, ciclismo, etc.
Tampoco hay igualdad en el tratamiento de la información. Y es que no hay nada más que ver el telediario, independientemente de si es de una cadena pública o privada, para darse cuenta de que las mujeres no practican deporte. En realidad, todos sabemos que si lo practican, lo que ocurre es que se le da un escaso tratamiento y muy poco espacio en los informativos de televisión, en prensa o en radio.
Es importante que los medios de comunicación, cada vez más influyentes reaccionen y apuesten por la retransmisión de partidos de ambos sexos. Los medios, como empresas informativas que son, necesitan obtener beneficios y saben que el deporte rey es el fútbol masculino, pero deberían apostar por la coeducación, el respeto y la igualdad.
Fuente: Palabras hambrientas de justicia.
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